En Grecia, un solicitante de asilo dio positivo por COVID-19 después de haber estado en un abarrotado campamento de refugiados al norte de Atenas que alberga a 2.500 personas.
En Rusia, un médico del hospital de Moscú que la semana pasada encabezó un recorrido por la unidad de coronavirus junto al presidente Vladimir Putin ha dado positivo por COVID-19. Putin dice que empezará a realizar las reuniones gubernamentales a través de videoconferencia.
En Brasil, las autoridades han instalado hospitales improvisados para los pacientes con COVID-19 en algunos de los estadios de fútbol más emblemáticos del mundo. Los residentes de torres de apartamentos de ciudades como São Paulo y Río de Janeiro continúan protestando todas las noches desde sus ventanas y balcones, realizando cacerolazos y pidiendo la dimisión del presidente de extrema derecha Jair Bolsonaro. Bolsonaro ha minimizado repetidamente la COVID-19 calificando la enfermedad de una “gripecita”, y ha instado a los brasileños a que vuelvan a sus trabajos.