Funcionarios de Florida permitieron el jueves que dos cruceros afectados por coronavirus atracaran en Fort Lauderdale, y se permitió el desembarco de los pasajeros más enfermos y vulnerables.
El gobernador Ron DeSantis había ordenado que las embarcaciones no atracaran en un puerto, diciendo que se oponía “a que dejaran tirados”a cientos de pacientes con coronavirus en el sur de Florida; sin embargo, cambió de idea tras recibir una llamada del presidente Donald Trump. Cuatro personas murieron tras presuntamente contraer COVID-19 a bordo de los barcos, y cientos se enfermaron.
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