En noticias sobre inmigración, un recluso en el Centro de Detención privado Otay Mesa, en la ciudad de San Diego, ha dado positivo por COVID-19; dos empleados del centro también dieron positivo recientemente. Se han reportado al menos ocho casos de COVID-19 entre los inmigrantes detenidos en todo Estados Unidos.
Mientras tanto, más de 60 mujeres inmigrantes recluidas en el Centro de Detención del Noroeste en la ciudad de Tacoma, en el estado de Washington, se declararon en huelga de hambre exigiendo la liberación inmediata de las personas vulnerables, visas humanitarias para las reclusas y una moratoria en los procesos de deportaciones y traslados. El viernes, decenas de personas protestaron en las inmediaciones del centro desde el interior de sus autos, haciendo sonar sus bocinas para apoyar a las inmigrantes recluidas allí. Esto es lo que dijo Maru Mora-Villalpando, activista del grupo a favor de los derechos de los inmigrantes La Resistencia.
Maru Mora-Villalpando dijo: “Así como nos dicen que debemos mantener la distancia social, que debemos lavarnos las manos, que no debemos salir, los funcionarios electos deberían hacer algo para liberar a las personas detenidas, porque estas personas detenidas han dicho: ‘No se trata solo de nosotros’. Cuando los guardias entran o salen, también están entrando o saliendo con el virus. Así como los Gobiernos nos han pedido que nos quedemos en casa, que salvemos vidas, nosotros les pedimos que saquen a las personas de detrás de las rejas, y salven vidas”.
En noticias relacionadas, ProPublica informa que los hospitales de la ciudad de Nueva York están dejando a algunos pacientes que no hablan inglés desatendidos y sin proporcionarles los cuidados adecuados.