En Estados Unidos, dos miembros del personal de enfermería de la prisión del condado de Hudson, en el estado de Nueva Jersey, murieron a causa del coronavirus, y más de 60 personas en la cárcel dieron positivo por COVID-19.
En la ciudad de San Francisco, manifestantes rodearon la sede del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos en sus automóviles, exigiendo que los funcionarios aceleren la liberación de las personas que se encuentran detenidas en las cárceles de inmigrantes. Valeria Suárez, de la Alianza de Justicia Juvenil de Inmigrantes de California, leyó una carta escrita por reclusos en el centro de procesamiento del Servicio de Inmigración en Mesa Verde. Estas son las palabras de Valeria Suárez.
Valeria Suárez sostuvo: “La detención es una sentencia de muerte, porque esta pandemia requiere distanciamiento social, y eso es imposible en este entorno… Todo lo que se necesita es que una persona tenga el virus, y todos estaremos infectados en esta cárcel que es una especie de placa de Petri para cultivar gérmenes. Solicitamos y exigimos que nos otorguen libertad condicional, fianza o trato, para que podamos regresar con nuestras familias, especialmente durante esta pandemia y por la sobrecarga que podríamos generar sobre un sistema médico ya saturado”.
Mientras tanto, la agencia Reuters informa que el Gobierno de Donald Trump ha deportado rápidamente a casi 400 menores migrantes capturados en la frontera entre Estados Unidos y México en las últimas dos semanas. Los menores son parte de aproximadamente 7.000 solicitantes de asilo que han sido expulsados a México desde el 21 de marzo, cuando Trump suspendió los procedimientos estándares de inmigración para acelerar las deportaciones.
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