La delegación local de Washington, D.C. del movimiento “Las vidas negras importan” y un grupo de manifestantes han demandado al presidente Donald Trump, al fiscal general, William Barr, y a otros altos funcionarios por dispersar violentamente a los manifestantes pacíficos en Lafayette Square, frente a la Casa Blanca, para que el presidente pudiera hacerse una sesión fotográfica el lunes. El jueves, el fiscal Barr defendió las medidas del Gobierno y culpó a los grupos extremistas por instigar la violencia durante la semana pasada.
El fiscal general William Barr sostuvo: “Tenemos pruebas de que el grupo Antifa y otros grupos extremistas similares, así como actores de una serie de diferentes convicciones políticas, han instigado y participado en la actividad violenta”.
Aunque Barr criticó al movimiento antifascista conocido como Antifa, no proporcionó ninguna prueba de algún accionar indebido de los activistas. Esto ocurre al tiempo que la revista The Nation ha obtenido un documento interno del FBI que muestra que la agencia no tenía “ningún informe de inteligencia que indicara la participación y/o presencia de Antifa” en las protestas en Washington el domingo pasado. Sin embargo, el documento sí citaba la presencia de “provocadores de extrema derecha”.