En Estados Unidos, hospitales en varias zonas de los estados de Florida, Texas, Arizona y California están quedándose sin camas disponibles en las unidades de cuidados intensivos a medida que los casos de coronavirus continúan aumentando. En Texas, el número de hospitalizaciones por COVID-19 se ha cuadruplicado en el último mes. En la ciudad de San Petersburgo, en Florida, cinco hospitales se han quedado sin camas disponibles en las unidades de cuidados intensivos. En la ciudad de Miami se ordenó nuevamente el cierre de los restaurantes que brindan servicio dentro del local, menos de dos meses después de sus reaperturas. En todo Estados Unidos, el número de muertes por COVID-19 asciende a más de 130.000 y la cantidad de casos registrados va en aumento en 41 estados. Al menos 14 estados han reportado récords diarios de casos recientemente. El lunes, el principal experto en enfermedades infecciosas del país, el doctor Anthony Fauci, advirtió que Estados Unidos aún está metido “hasta las rodillas” en la primera oleada de la pandemia.
El doctor Anthony Fauci sostuvo: “Una serie de circunstancias asociadas con que varios estados y ciudades intentaron reanudar sus actividades económicas, esto es, volver a alguna forma de normalidad, ha conducido a una situación en la que actualmente observamos una cantidad sin precedentes de nuevos casos. Hace dos días, eran 57.500. Así que, en un período de una semana y media, prácticamente hemos duplicado el número de casos. Por lo que todavía estamos hasta las rodillas en la primera oleada de esta enfermedad”.
El doctor Fauci sostuvo también que la inmunidad proporcionada por los anticuerpos podría ser “limitada” y que la protección brindada por cualquier vacuna potencial podría ser de corta duración.
La pandemia continúa afectando con más intensidad a las comunidades de color. Datos federales recientemente publicados revelan que las personas afroestadounidenses y latinas tienen casi tres veces más probabilidades de resultar contagiadas y el doble de probabilidades de fallecer a causa del virus en comparación con sus vecinos blancos.
En el estado de California, el director médico del sistema penitenciario del estado fue destituido tras la muerte por COVID-19 de seis reclusos en la prisión estatal de San Quentin, donde más de 1.300 reclusos fueron diagnosticados con el virus.
Mientras tanto, la alcaldesa de la ciudad de Atlanta, Keisha Lance Bottoms, ha anunciado que ha dado positivo a las pruebas de diagnóstico del virus.
Inicio