La prisión estatal de San Quintín, en el estado de California, se ha convertido en las instalaciones con el mayor brote de coronavirus de Estados Unidos, al superar a la Institución Correccional Marion, en el estado de Ohio. Veintidós reclusos de San Quintín han muerto de COVID-19. Más de 2.200 reclusos y 260 miembros del personal de la correccional dieron positivo por COVID-19. Esto se produce mientras activistas continúan presionando al gobernador de California Gavin Newsom para que autorice la liberación masiva de reclusos a fin de detener la propagación del virus dentro de las cárceles. A principios de esta semana, Democracy Now! habló sobre las condiciones dentro de San Quintín con el periodista encarcelado Juan Haines, quien se está recuperando de COVID-19.
Juan Haines afirmó: “El diseño arquitectónico de las prisiones de California no es adecuado para la ocupación humana, simplemente no lo es. Es por eso que están muriendo tantas personas en San Quintín, porque no podemos distanciarnos físicamente entre nosotros. Y lo que hace que este hecho sea tan doloroso, es que cualquier tipo de contagio que ingrese a esta prisión se propagará como reguero de pólvora”.