Las autoridades chinas han seguido construyendo campos de internamiento masivo para los grupos minoritarios musulmanes, incluso luego de que el Gobierno chino afirmara que estaban acabando con su llamado sistema de reeducación. Esto es lo que afirma un nuevo informe de un grupo de expertos australianos, que cita imágenes de satélite que muestran la construcción de docenas de nuevos campos en la provincia de Xinjiang en los últimos dos años. Se cree que más de un millón de personas de la etnia uigur y otras minorías musulmanas están encarceladas en los campos, con innumerables niños separados de sus familias.
Por otra parte, la cadena Reuters informa que China está expulsando a los trabajadores rurales tibetanos de sus tierras, llevándolos a centros de entrenamiento de estilo militar donde son convertidos en trabajadores de fábricas, en un programa similar a los campos de internamiento de Xinjiang.