En Bielorrusia, la policía volvió a lanzar gases lacrimógenos y arrestó a decenas de manifestantes durante la séptima semana consecutiva de manifestaciones que exigían la destitución del líder autoritario Alexander Lukashenko. Lukashenko asumió discretamente la semana pasada, pero tanto Estados Unidos como la Unión Europea sostuvieron que no reconocen su Gobierno como legítimo. Sus detractores afirman que las elecciones del mes pasado fueron manipuladas y muchos de los líderes de la oposición se han exiliado.
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