En Yemen, los grupos de ayuda humanitaria están haciendo sonar la alarma por las consecuencias de la decisión de Estados Unidos de designar a los rebeldes hutíes como grupo terrorista. La ONU advierte de “una hambruna sin precedentes en 40 años”. Los hutíes controlan la capital de Yemen, Sana’a, administran instituciones financieras y se coordinan con grupos internacionales que suministran alimentos y otros productos básicos a la zona. Los yemeníes también dependen en gran medida de las remesas, que ya se han reducido mucho durante la pandemia y que ahora podrían verse afectadas aún más.
Yosra Abdullah: “Mi familia y yo dependemos en gran parte de los expatriados para nuestro sustento. Tengo parientes en Arabia Saudí, Estados Unidos y otros países. Dependo de ellos para cubrir mis gastos. La decisión, si se aprueba, afectará a las remesas y la situación de mi familia se deteriorará. La decisión va en contra nuestra y el sector privado está en peligro. El trabajo puede detenerse en cualquier momento”.