En Afganistán, al menos cinco personas murieron el domingo en una explosión que se produjo frente a una mezquita en la ciudad de Kabul. En el momento del ataque, se estaba llevando a cabo el funeral de la madre de un portavoz talibán. Ningún grupo se ha atribuido la responsabilidad por el bombardeo, pero los ataques del Estado Islámico de Jorasán, también conocido como ISIS-K, han aumentado desde la toma de poder de los talibanes en agosto.
Mientras tanto, el Consejo Noruego para los Refugiados advierte que la economía de Afganistán está al borde del colapso al tiempo que la crisis humanitaria continúa agravándose. Más de 18 millones de personas dependen de la ayuda humanitaria para subsistir, y uno de cada tres afganos se encuentra en riesgo de padecer hambre extrema, según el Programa Mundial de Alimentos.