En Europa, el Gobierno polaco ha desplegado otros miles de soldados y policías antidisturbios en su frontera oriental con Bielorrusia, al tiempo que intensifica su violenta represión contra migrantes y refugiados, en su mayoría provenientes de Medio Oriente y África, que huyen de la violencia, la pobreza y las consecuencias de la catástrofe climática en sus países de origen. Un refugiado kurdo proveniente de Siria que obtuvo asilo en Austria viajó a la frontera para ayudar a sus padres a cruzar a Polonia desde Bielorrusia.
Gordi: “En primer lugar, no estoy ayudando a cualquier persona mayor. Estoy ayudando a mis padres. Creo que en las leyes de todos los países, de todas las religiones, no está prohibido que una persona ayude a sus padres. En segundo lugar, la gente que está allí, además de mis padres, también son seres humanos. Necesitan ayuda”.