El jueves, millones de personas en Estados Unidos siguieron sufriendo la falta de agua, calefacción o electricidad, mientras que el número de muertes a causa de las tormentas invernales aumentó a al menos 49. Las autoridades sanitarias del estado de Texas han pedido a más de 13 millones de residentes que hiervan el agua del grifo para garantizar que sea potable, y unas 200.000 personas quedaron sin electricidad días después de que la red eléctrica de Texas colapsara en medio de bajas temperaturas sin precedentes. El Consejo de Confiabilidad Eléctrica de Texas, el administrador de la red eléctrica del estado, declaró el jueves que el estado estuvo a “segundos y minutos” de una falla catastrófica que podría haber provocado un apagón de varios meses. Los cortes de energía de esta semana también provocaron grandes retrasos en la distribución de la vacuna contra la COVID-19 y el disparo al alza de los precios del combustible.
Durante una teleconferencia de evaluación de las ganancias, Roland Burns, el director financiero de la empresa de gas natural Comstock Resources, celebró el desastre causado por las tormentas invernales.
Roland Burns: “Esta semana, con estos increíbles precios, es como si hubiéramos ganado la lotería. Francamente, pudimos vender a precios con altos recargos una cantidad importante de la producción”.
El jueves, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, pidió a los mexicanos que racionen la electricidad, luego de que el estado de Texas cortara las exportaciones de gas natural en medio de la crisis.
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