En Birmania, cientos de miles de personas salieron a las calles el lunes como parte de una huelga general contra el golpe de Estado militar del 1 de febrero, a pesar de las amenazas por parte de la junta militar de reprimir las protestas con violencia. Las manifestaciones multitudinarias se llevan a cabo después de que dos personas murieran el sábado, entre ellos un joven de 16 años, cuando la policía abrió fuego contra manifestantes pacíficos en la ciudad de Mandalay. El viernes, una joven de 20 años se convirtió en la primera víctima mortal conocida de las protestas, luego de sucumbir a las heridas de bala que recibió a mediados de febrero. Estas fueron las palabras expresadas por un manifestante que hablaba el domingo desde la ciudad de Rangún.
Manifestante: “Ayer murió gente. Hicimos una manifestación pacífica, pero ha muerto gente. La junta quiere evitar que salgamos a las calles, por eso nos responden con mano dura. Nosotros, el pueblo, no aceptaremos su injusta opresión y continuaremos luchando”.