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El Gobierno de Biden está tratando de controlar el flujo de menores migrantes que cruzan sin madre ni padre la frontera entre Estados Unidos y México. En muchos casos, están huyendo de la violencia y la pobreza extremas, así como de los desastres naturales que se viven en sus países de origen, generalmente Guatemala, Honduras y El Salvador. Según informes periodísticos, más de 3.500 menores fueron detenidos en la frontera solo en los primeros nueve días de marzo y muchos de ellos estuvieron demorados por períodos superiores al límite legal de 72 horas. “Podemos hablar de crisis. Podemos hablar de un aluvión”, dice Aura Bogado, periodista de investigación del medio Reveal. “Pero no podemos decir que es una sorpresa”.
Para conocer más sobre este tema, vea (en inglés) la conversación que mantuvimos con Aura Bogado.
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