En la ciudad de Rochester, en el estado de Nueva York, imágenes recientemente publicadas muestran a un agente de policía derribando y rociando con gas pimienta a una mujer afroestadounidense que caminaba con su hija de tres años, después de que la madre fuera acusada de hurto en una tienda. Esta situación sigue a otro perturbador incidente ocurrido en enero cuando la policía de Rochester esposó y roció con gas pimienta a una niña negra de nueve años de edad.
En un comunicado, la delegación de Nueva York de la Unión por las Libertades Civiles declaró: “Todo departamento de policía que implemente de manera sistemática tácticas diseñadas para la tortura física y psicológica en infantes, menores y madres afroestadounidenses carece absolutamente de legitimidad, confianza y de un sistema de rendición de cuentas”.
En febrero, un gran jurado decidió no presentar cargos contra los oficiales de policía de Rochester involucrados en la muerte de Daniel Prude en marzo de 2020, quien falleció por asfixia después de que los agentes lo esposaran mientras estaba desnudo, le pusieran una capucha en la cabeza y presionaran su rostro contra el suelo helado durante dos minutos mientras se arrodillaban sobre su espalda.