El miércoles, el gobierno británico recomendó que no se administre la vacuna contra la COVID-19 de AstraZeneca a las personas menores de 30 años, luego de que un organismo regulador de medicamentos de Europa informara sobre un “posible vínculo” entre la vacuna y casos de trombos sanguíneos anormales que se presentaron en algunas personas que recibieron dicha vacuna. Otros países del mundo han restringido la administración de la vacuna de AstraZeneca a personas menores de 60 años. Aproximadamente uno de cada 100.000 receptores de la vacuna de AstraZeneca ha desarrollado trombos sanguíneos, y 18 de esos casos han sido fatales. Los organismos reguladores europeos señalaron que los coágulos de sangre a menudo son un síntoma de la COVID-19 y afirmaron que los beneficios de la vacuna de AstraZeneca continúan superando con creces los riesgos.
Mientras tanto un nuevo estudio encontró que más de uno de cada tres sobrevivientes de casos graves de la COVID-19 desarrollaron condiciones psiquiátricas o neurológicas dentro de los seis meses posteriores al contagio.