En Estados Unidos, una persona murió y otras cinco resultaron heridas el jueves luego de que un empleado de una tienda de muebles en la ciudad de Bryan, estado de Texas, abriera fuego en su lugar de trabajo. Después del tiroteo, una patrulla policial inició una persecución a alta velocidad tras el presunto agresor, en la que este baleó a un oficial de policía. El sospechoso de 27 años fue detenido con vida.
En el estado de Carolina del Sur, un hombre armado irrumpió el miércoles en la casa de un destacado médico de la ciudad de Rock Hill y mató a cinco personas, incluidos varios menores, e hirió a una sexta antes de dispararse a sí mismo. La policía identificó al asesino como Phillip Adams, una exestrella de la Liga Nacional de Fútbol Americano de 33 años que jugó para los Atlanta Falcons y los San Francisco 49ers. Adams había sufrido varias lesiones en la cabeza, incluidas dos conmociones cerebrales, en un lapso de tres partidos durante la temporada 2012. El padre de Adams afirmó que su hijo no tenía antecedentes de violencia y dijo a los periodistas: “Les aseguro que es un buen chico. Creo que el fútbol lo destrozó”.
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