Naciones Unidas dijo que una cifra récord de 2.400 civiles afganos murieron o resultaron heridos en mayo y junio, al tiempo que se intensificaban los combates entre el Gobierno y las fuerzas talibanes. El número de víctimas registradas en el primer semestre de este año fue casi un 50% más alto que en el mismo periodo de 2020. El Gobierno afgano acaba de imponer un toque de queda en todo el país en un intento por frenar los avances de los talibanes. Mientras tanto, el principal general militar estadounidense en Afganistán dijo que Estados Unidos probablemente continuará sus ataques aéreos incluso después del 31 de agosto, fecha en la que se espera que las fuerzas armadas estadounidenses y de la OTAN terminen de retirarse del país.
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