En Estados Unidos, en el estado de Pensilvania, varios activistas en defensa de los derechos humanos protestaron el jueves contra la votación a favor de reabrir un polémico centro de detención para familias migrantes mientras coreaban “Cierren Berks”.
Manifestantes: “¡Cierren Berks! ¡Cierren Berks! ¡Cierren Berks! ¡Cierren Berks!”.
La cárcel de Inmigración, que lleva el nombre de Centro Residencial del Condado de Berks, se cerró en febrero cuando todas las familias migrantes allí detenidas fueron liberadas. Sin embargo, los comisionados del condado de Berks votaron el jueves a favor de modificar su contrato con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos y convertir el centro de detención de Berks en una prisión de migrantes “solo para mujeres”. Una de las personas que se pronunció en contra de la votación fue Adriana Zambrano, integrante de la organización Aldea-Centro de Justicia Para la Gente.
Adriana Zambrano: “Detener a mujeres migrantes es tan malo, innecesario y peligroso como detener a las familias. Las detenciones de inmigrantes, en todos los sentidos, también implica separar a las familias. Implica separar a las personas de sus familias, que están dispuestas y tienen la capacidad de acogerlas en sus hogares mientras avanza su proceso legal. Significa separar a las personas de las comunidades, de comunidades como la nuestra, que se mejoran con la presencia y las inversiones de los inmigrantes. Las detenciones también impiden el acceso de los migrantes a servicios esenciales”.