En el Líbano, se cumplió un año desde que la devastadora explosión en el puerto de la ciudad de Beirut dejó 218 muertos, 7.000 heridos y 300.000 hogares dañados o destruidos. El Líbano se enfrenta ahora a su peor crisis económica de la historia. Mientras tanto, no se ha responsabilizado a ningún funcionario ni líder político del país por las más de 2.700 toneladas de fertilizante de nitrato de amonio altamente explosivo que se almacenaban sin las medidas de seguridad correspondientes en el puerto de Beirut. Un nuevo informe de la organización Human Rights Watch implica a altos funcionarios libaneses por no proteger a la población.
Aya Majzoub: “La culpa de la explosión aún recae en aquellos funcionarios que sabían que el nitrato de amonio se estaba almacenando en el puerto de manera peligrosa e inadmisible, y que no hicieron uso de su autoridad, ni asumieron su responsabilidad para tomar las medidas de seguridad necesarias o retirarlo”.