En Birmania, Aung San Suu Kyi fue sentenciada a otros cuatro años de prisión después de que un tribunal militar la declarara culpable en un juicio a puertas cerradas por poseer “walkie-talkies” y violar medidas implementadas para contener la pandemia del coronavirus, los cuales son más cargos falsos, según grupos de defensa de los derechos humanos. Suu Kyi fue derrocada junto a otros líderes civiles de Birmania durante el mortífero golpe de Estado militar de febrero de 2021.
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