En el Reino Unido, dos activistas contra el cambio climático pegaron sus manos sobre las paredes de la Galería Nacional de Londres el viernes para denunciar el rol del Gobierno británico en el agravamiento de la catástrofe climática. Los activistas de la organización ambientalista Just Stop Oil primero arrojaron dos latas de sopa de tomate sobre la pintura “Los girasoles” de Vincent Van Gogh, que estaba protegida por un vidrio.
Activista de la organización Just Stop Oil: “¿Qué vale más: el arte o la vida? ¿[El arte] vale más que la comida, vale más que la justicia? ¿A ustedes les preocupa más que se proteja una pintura o que se proteja nuestro planeta y a las personas?”.
Esta es la protesta contra el cambio climático más reciente que involucra a obras de arte y museos de prestigio. La semana pasada, dos personas pegaron sus manos sobre una pintura de Pablo Picasso que está expuesta en un museo de la ciudad de Melbourne, Australia, como parte de una campaña de grupos activistas que pretenden alterar la vida cotidiana en diferentes lugares inesperados para concientizar sobre la crisis del cambio climático. En este contexto, un grupo de activistas del movimiento ecologista Animal Rebellion derramó el domingo leche en los pisos de diferentes tiendas de comestibles del Reino Unido para pedir que se cambie el sistema alimentario a uno que sea más sostenible y basado en alimentos de origen vegetal. La protesta se produjo al tiempo que el Gobierno británico reveló planes para seguir reprimiendo a los activistas contra el cambio climático a través de un nuevo proyecto de ley de “orden público” que también podría usarse para acabar con las huelgas laborales.