En Indonesia, el partido de fútbol que se disputó en Java Oriental el sábado tuvo un desenlace fatal luego de que la policía antidisturbios lanzara gas lacrimógeno para impedir que los aficionados ingresaran al campo de juego. Al menos 125 personas, incluidos 17 menores, murieron por aplastamiento y asfixia. Fue uno de los incidentes más mortíferos en la historia del fútbol.
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