Representantes del Gobierno de Etiopía han llegado a un acuerdo para detener de forma permanente las hostilidades en la región norteña de Tigray. El acuerdo de paz anunciado el miércoles culminó una semana de conversaciones mediadas por la Unión Africana que se desarrollaron en Sudáfrica y que tenían como objetivo poner fin a una guerra de dos años de duración que ha provocado una de las peores crisis humanitarias del mundo. El expresidente nigeriano Olusegun Obasanjo dirigió las negociaciones.
Olusegun Obasanjo: “Las dos partes implicadas en el conflicto en Etiopía han acordado de manera formal el cese de las hostilidades, así como un desarme sistemático, ordenado, fluido y coordinado”.
Todas las partes involucradas en el conflicto bélico en Tigray han sido acusadas de cometer crímenes de guerra. Las negociaciones de paz no incluyeron a Eritrea, cuyas fuerzas armadas respaldaron la ofensiva inicial del Gobierno etíope en Tigray. Las fuerzas armadas eritreas han sido acusadas de masacrar a cientos de civiles y de otros crímenes de guerra, como violaciones, agresiones sexuales y saqueos a escala generalizada. Las Naciones Unidas afirman que 5,2 millones de personas en Tigray necesitan asistencia humanitaria de manera urgente. Según algunas estimaciones, unas 800.000 personas han muerto como resultado del conflicto en Tigray, que estalló hace exactamente dos años.
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