Legisladores británicos están pidiendo al primer ministro Boris Johnson que cancele un viaje programado a Arabia Saudí para conversar con el príncipe heredero Mohammed bin Salman. Políticos de la oposición e incluso algunos miembros del Partido Conservador de Johnson señalaron la reciente ejecución en masa de 81 hombres por parte de Arabia Saudí como el último ejemplo de su pésimo historial de violaciones a los derechos humanos. Johnson les ha pedido a los funcionarios saudíes que aumentaran la extracción de petróleo para reducir los costos crecientes de energía, al tiempo que los países de Occidente buscan alternativas a la importación de petróleo ruso.
La semana pasada, la Casa Blanca recibió una ola de críticas después de que un informe afirmara que el presidente Biden estaba planeando una visita a Arabia Saudí para “ayudar a reparar las relaciones” entre los dos países. Según se informa, el Gobierno de Biden ha abandonado un plan para considerar el levantamiento de sanciones a la industria petrolera de Venezuela. Varios senadores estadounidenses, incluidos el senador republicano de Florida Marco Rubio y el senador demócrata de Nueva Jersey Bob Menendez, se opusieron a esa medida después de que surgieran informes de que el presidente venezolano, Nicolás Maduro, se había reunido con funcionarios estadounidenses en Caracas a principios de este mes.
Mientras tanto, el conglomerado de empresas estadounidenses Koch Industries señaló esta semana que no tiene planes de sumarse a otras casi 400 corporaciones multinacionales que han suspendido sus negocios en Rusia. El conglomerado, que está dirigido por el multimillonario donante del Partido Republicano Charles Koch, tiene por lo menos tres empresas que todavía mantienen operaciones en Rusia.