En el norte de Ucrania, los militares rusos se retiraron de la planta de energía nuclear de Chernóbil, la central actualmente inactiva donde en 1986 sucedió el peor desastre nuclear de la historia. Las autoridades ucranianas afirman que Rusia acordó formalmente devolverles la responsabilidad de controlar la contaminada instalación. Los funcionarios sostienen que algunos militares rusos desplegados cerca de la planta sufrieron envenenamiento agudo por radiación después de que se les ordenara cavar trincheras en un suelo altamente radiactivo en una zona de exclusión de Chernóbil conocida como el Bosque Rojo.
Mientras tanto, en la ciudad de Kiev, el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, apartó de sus cargos a dos altos funcionarios de seguridad, acusándolos de ser “traidores” a Ucrania.