En Estados Unidos, el gobernador del estado de Texas, Greg Abbott, enfrenta crecientes críticas por su nueva política que ordena a las autoridades estatales inspeccionar los vehículos comerciales que cruzan la frontera del estado con México después de que dichos vehículos ya han sido revisados por inspectores federales. El plan de Abbott para las llamadas “inspecciones reforzadas” ha provocado grandes embotellamientos en la frontera y retrasos en los envíos de alimentos y otros productos. La gobernadora del estado mexicano de Chihuahua, María Eugenia Campos, dijo que las demoras perjudicaron las economías de ambos países.
Gobernadora María Eugenia Campos: “Texas recibe de México más de tres millones de camiones de carga por año. El retraso en las entregas representa pérdidas millonarias tanto en alimento perecedero como afectaciones graves a la cadena de proveeduría para la industria estadounidense y mexicana”.
El miércoles, el gobernador Abbott dijo que relajará las inspecciones en un paso fronterizo luego de que las autoridades mexicanas acordaran aumentar la seguridad fronteriza. Mientras tanto, en una maniobra política, Abbott envió un autobús con cerca de 40 solicitantes de asilo desde Texas a la ciudad de Washington D.C. Los migrantes fueron dejados el miércoles cerca de la sede del canal Fox News, que tenía cámaras en vivo en el lugar para cubrir su llegada. Un activista en defensa de los derechos de los inmigrantes describió las acciones del gobernador como una “crueldad deliberada que trata a los seres humanos como peones”.