Irán ha condenado a otras tres personas a muerte por las protestas que se desataron a mediados de septiembre en todo el país tras la muerte de Mahsa Amini, una joven kurda que murió mientras estaba bajo la custodia de la llamada “policía de la moral” iraní. Hasta el momento se han llevado a cabo cuatro ejecuciones en relación al movimiento de protesta. El martes, la ONU calificó las ejecuciones como “asesinatos sancionados por el Estado”.
Ravina Shamdasani: “El Gobierno iraní utiliza procedimientos penales y la pena de muerte para castigar a quienes participan en las protestas y aterrorizar a la población y así, acabar con el disenso, lo cual constituye una violación del derecho internacional de los derechos humanos. Durante el último mes, Irán ejecutó a cuatro personas que participaron de las manifestaciones tras ser sometidas a juicios acelerados que no cumplieron con el debido proceso y las garantías mínimas de un juicio justo que exige el derecho internacional de los derechos humanos”.
Esta semana, los manifestantes se congregaron frente a una prisión de la ciudad de Karaj, donde se encuentran recluidos algunos de los condenados a muerte. La madre de Mohammad Ghobadlou, de 22 años, que ha sido condenado a muerte, está pidiendo ayuda para evitar la ejecución de su hijo, quien, según dice, tiene antecedentes de enfermedad mental.
Masoumeh Ahmadi: “El tribunal ha inhabilitado a sus abogados. Le prohíben a sus abogados ingresar al juzgado. Están tratando a mi hijo de manera injusta. Lo han interrogado sin la presencia de un abogado. Lo han condenado a muerte en la primera audiencia del juicio. ¿Es esto justicia islámica? ¿En qué juzgado dictan sentencia de ejecución en la primera audiencia? ¿Y quieren ejecutar la sentencia con la misma rapidez? Por favor, ayúdennos y apóyennos”.
Mientras tanto, tribunales iraníes sentenciaron al futbolista profesional Amir Nasr Azadani a 26 años de prisión y a la activista Faezeh Hashemi, hija del expresidente iraní Akbar Hashemi Rafsanjani, a cinco años de prisión, aunque la abogada que la representa dice que el veredicto “no es definitivo”.
Inicio