En la localidad de Bridgeview, en el estado de Illinois, varias personas participaron el lunes en el entierro de Wadea Al-Fayoume, un niño palestino-estadounidense de seis años que murió tras ser apuñalado en su propia casa como parte de un crimen de odio contra los musulmanes. La madre del niño, Hanaan Shahin, quedó hospitalizada con heridas graves tras ser agredida el sábado por el propietario de la vivienda que alquilaba, quien, según se informa, gritó “Los musulmanes deben morir” durante el ataque. El propietario compareció el lunes ante un tribunal para enfrentar cargos de asesinato. Estas fueron las palabras expresadas por Deanna Othman, una maestra de secundaria palestino-estadounidense y miembro de la comunidad que asistió al funeral de Al-Fayoume.
Deanna Othman: “Estamos viendo las repercusiones de la retórica que nuestro Gobierno ha estado difundiendo y que, como saben, muchos medios de comunicación han estado publicando sobre los palestinos, quienes son descritos como [seres] menos que humanos. Y este niño lamentablemente ha pagado el precio más alto de dicha retórica”.