Seis estados del oeste de Estados Unidos que dependen del río Colorado para su abastecimiento hídrico acordaron reducir de manera drástica el consumo de agua luego de que el Gobierno federal instara a implementar un plan concertado al respecto ante la inminente y grave posibilidad de que se produzca una escasez de agua. Un séptimo estado, California, sigue en desacuerdo con el plan acordado por los estados de Arizona, Colorado, Nevada, Nuevo México, Utah y Wyoming. Las autoridades de California sugieren que importantes ciudades como Phoenix y Las Vegas deberían quedar excluidas del suministro de agua para proteger la agricultura de California. Dos décadas de sequía impulsada por el cambio climático han provocado que los embalses de los lagos Powell y Mead se acerquen peligrosamente a lo que se conoce como “embalse muerto”, que ocurre cuando el nivel del agua es tan bajo que ya no fluye a través de las represas. Estas fueron las palabras expresadas por David Hayes, profesor de la Universidad de Stanford y exasesor climático del presidente Biden.
David Hayes: “La crisis es sumamente grave. De hecho, el Departamento del Interior se enfrenta a la posibilidad de no poder suministrar agua de la represa Hoover a la ciudad de Las Vegas o al estado de California. Los niveles de agua de las represas se han vuelto tan bajos que es posible que no puedan suministrar [más agua]. Y esa es la peor de las posibilidades”.