Las fuerzas armadas de Israel han bombardeado partes de la Franja de Gaza, luego de que militantes palestinos dispararan misiles contra el sur de Israel durante la noche del miércoles. Los ataques aéreos israelíes tuvieron como objetivo el campamento de refugiados de Al-Shati al noroeste de la ciudad de Gaza, que es una de las áreas con mayor densidad poblacional del territorio palestino sitiado. Israel señala que uno de los misiles disparados desde Gaza aterrizó en un campo abierto, mientras que el sistema de defensa antimisiles de Israel, conocido como Cúpula de Hierro, derribó otros cinco.
La más reciente escalada de violencia ocurre después de una incursión israelí en la ciudad cisjordana de Naplusa el miércoles, la cual acabó con la vida de 11 palestinos. Las autoridades sanitarias informan que cientos de personas se vieron afectadas por la inhalación de gases lacrimógenos y 82 personas fueron tratadas por heridas de bala ocurridas en el ataque. Entre los heridos se encuentra el periodista de la televisión palestina Mohammed al-Khatib, quien recibió un disparo en la mano.
El miércoles, el coordinador especial de las Naciones Unidas para el Proceso de Paz de Oriente Medio, Tor Wennesland, dijo que estaba “profundamente perturbado por el continuo ciclo de violencia y consternado por la pérdida de vidas civiles”. Sus comentarios ocurren después de que la directora de Amnistía Internacional, Agnès Callamard, pidiera al Consejo de Derechos Humanos de la ONU que dirigiera su atención a los territorios palestinos ocupados.
Agnès Callamard: “En un momento en el que le pedimos a toda la comunidad internacional que apoye a Ucrania contra las agresiones de los rusos, esto es totalmente lo correcto. Estas agresiones rusas son impensables. No podemos permitirlo. Pero tampoco podemos permitir lo que está sucediendo en los territorios palestinos ocupados. El Consejo de Derechos Humanos debe plantear estas dos realidades e insistir al respecto”.