En Grecia, nuevas protestas sacudieron el domingo las calles de la ciudad capital, Atenas, al tiempo que aumenta la ira de la población por el accidente de tren que tuvo lugar la semana pasada y que dejó un saldo de 57 personas fallecidas. El primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, se disculpó el domingo por el accidente y dijo en un comunicado: “No podemos, no lo haremos y no debemos escondernos detrás del error humano”. El jefe de la estación de tren de la ciudad de Larisa ha sido detenido y se encuentra a la espera del juicio. Entre los aproximadamente 10.000 manifestantes que participaron de la protesta del domingo había muchos trabajadores ferroviarios.
Vasiliki Svarna: “Sentimos un dolor indescriptible por lo que pasó. [El accidente] es una tragedia. No podemos calmar el dolor de las familias que perdieron a sus hijos e hijas, tampoco podemos traerlos de regreso. Pero estamos aquí para que no quede nada oculto, para que se esclarezca absolutamente todo, para que paguen los responsables, los que han abandonado a su suerte a los ferrocarriles, todos los gobiernos, todos estos años”.