En Turquía, el presidente del país, el conservador Recep Tayyip Erdogan y su principal rival, Kemal Kilicdaroglu, realizaron actos de campaña masivos en vísperas de las cruciales elecciones presidenciales que se llevarán a cabo este domingo y que podrían terminar con el Gobierno de Erdogan tras haber estado más de dos décadas en el poder. El presidente Erdogan anunció el martes que su Gobierno aumentará los salarios de sus trabajadores en un 45% en un intento por contrarrestar las preocupaciones que tienen los votantes sobre la crisis económica del país en un contexto de inflación vertiginosa. Erdogan también enfrenta duras críticas por la forma en que respondió al catastrófico terremoto de febrero, los informes condenatorios sobre las normas de construcción laxas y por hacer caso omiso a las advertencias sobre la seguridad de las estructuras.
Mehmet Genc: “Digamos la verdad aquí y ahora. Toda mi familia está muerta. Todos han fallecido. ¿Por qué no estaría enojado con el Gobierno? Nadie vino a ayudar con maquinaria. [El Gobierno] no hizo nada”.
Kemal Kilicdaroglu, que cuenta con el respaldo de una alianza multipartidista, se comprometió a estrechar lazos con la OTAN y la Unión Europea, y reforzar las instituciones democráticas respetando la independencia de los tribunales y la libertad de prensa. También dijo que revertiría la eliminación de la figura del primer ministro que llevo a cabo Erdogan tras ser aprobada en el referéndum constitucional de 2017.
Kemal Kilicdaroglu: “No vamos a dejar el destino de la República Turca en manos de una sola persona, y nadie aceptará las palabras de una sola persona”.
En un acto de campaña que celebró el domingo en la ciudad de Estambul, Erdogan también apeló a su origen religioso, y acusó a su oponente de estar “a favor de la comunidad LGBT”.