En la capital de Sudán, Jartum, los combates entre el Ejército sudanés y el grupo paramilitar conocido como Fuerzas de Apoyo Rápido se han intensificado debido a la disputa por el control de ubicaciones estratégicas. Martin Griffiths, secretario general adjunto de Asuntos Humanitarios de la ONU, llegó esta semana a la ciudad de Puerto Sudán donde instó a los combatientes a permitir la distribución urgente de suministros de ayuda humanitaria a los millones de civiles atrapados en medio de los combates.
Martin Griffiths: “Necesitamos contar con acceso y transporte aéreo y que los suministros [lleguen a destino] sin ser robados. Me informaron que seis camiones del Programa Mundial de Alimentos que se dirigían a [la región sudanesa de] Darfur fueron saqueados en el camino, a pesar de las garantías de seguridad. Es un entorno volátil”.
La ONU afirma que los enfrentamientos han obligado a 100.000 civiles a huir de sus hogares debido a la grave escasez de alimentos, agua, medicamentos y electricidad.
En la ciudad de Washington D.C., el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmó este jueves una orden ejecutiva que autoriza la imposición de sanciones a los líderes sudaneses. Mientras tanto, la directora de Inteligencia Nacional de Estados Unidos, Avril Haines, expresó ante un comité del Senado estadounidense que es probable que los enfrentamientos en Sudán continúen por largo tiempo debido a que las dos partes en conflicto confían en poder ganar militarmente y carecen de incentivos para iniciar un diálogo.