En India, al menos 275 personas murieron y más de 1.000 resultaron heridas el viernes cuando un tren repleto de pasajeros chocó contra un tren de carga que se aproximaba en dirección contraria en el estado oriental de Odisha, lo cual provocó el descarrilamiento de otro tren de pasajeros. El número de víctimas podría aumentar a medida que se identifiquen más cadáveres. Una superviviente de 55 años fue testigo de la muerte de su hija en el accidente.
Koshida Das: “Mi hija quedó enterrada debajo de grandes pedazos de hierro justo ante mis ojos. Me las arreglé para pararme en una esquina pero una barra de hierro, o algo así, me golpeó en la cabeza. Pensé en cómo hacer para sacar a mi hija de abajo de los hierros, pero no sabía cómo mover un hierro tan pesado. Mi hija lloraba y murió frente a mis ojos”.
Tras iniciar la investigación sobre uno de los accidentes ferroviarios más mortíferos en décadas, las autoridades dicen que la causa de la catástrofe aparentemente fue una falla en el sistema informático que gestiona los cambios de vía. Muchos de los pasajeros eran estudiantes o trabajadores migrantes y jornaleros. La tragedia ha reabierto el debate sobre la seguridad del sistema ferroviario de India, que transporta unos 8.000 millones de pasajeros al año. Si bien India ha realizado inversiones sustanciales en su infraestructura de transporte, se han reducido los gastos para el mantenimiento de vías y la implementación de otras medidas de seguridad.