Tras el colapso de la represa de la ciudad de Nueva Kajovka, se siguen llevando a cabo evacuaciones en el sur de Ucrania, donde unas 42.000 personas cuyos hogares se encuentran a los largo río Dniéper corren el riesgo de sufrir inundaciones. Mientras Rusia y Ucrania se han culpado mutuamente por la ruptura de la represa, la ONU ha advertido sobre consecuencias humanitarias “graves y de largo alcance”. Estas fueron las palabras expresadas por un residente que se vio afectado por las inundaciones.
Oleksandr Reva: “La situación es literalmente crítica. Si el agua sube un metro más, perderemos nuestra casa. Estamos llevando nuestras pertenencias a las casas de los vecinos que se encuentran en un terreno más alto. […] Los rusos quieren destruir el pueblo ucraniano y la propia Ucrania, y no les importa el cómo, ya que nada es sagrado para ellos”.