En Zimbabue, los resultados de las elecciones nacionales del miércoles han empezado a llegar en cuentagotas, al tiempo que las elecciones parlamentarias sitúan al partido gobernante, la Unión Nacional Africana de Zimbabue–Frente Patriótico (ZANU-PF) y a su principal rival en situación de igualdad. Se ha desplegado un gran número de policías armados con cañones de agua en el centro nacional de resultados. Aún no se han anunciado los resultados finales de las elecciones presidenciales, una contienda que enfrenta por segunda vez al actual presidente, Emmerson Mnangagwa, con el líder de la oposición, Nelson Chamisa, después de que Mnangagwa se aferrara al poder en 2018 en unas elecciones que la oposición denunció que fueron manipuladas. Asimismo, Chamisa ya ha acusado a su oponente de intentar ganar estas elecciones de forma fraudulenta. Mnangagwa llegó al poder en 2017 tras liderar un golpe de Estado que derrocó a Robert Mugabe. Los retrasos generalizados durante la votación obligaron a prolongar los comicios un segundo día. El jueves, la policía llevó a cabo una redada en la que detuvo a 41 observadores electorales locales, lo que desató fuertes críticas contra el Gobierno y acusaciones de interferencia por parte del partido gobernante. Estas fueron las palabras expresadas por un votante cuando habló en la ciudad capital, Harare.
Fortuna Sikireta: “Las papeletas deben estar en los centros de votación 48 horas antes de que se dé comienzo a las elecciones. Y llegado el día de las elecciones, no hay papeletas. Tenemos que esperar aquí doce horas y no hay papeletas”.