En Haití, al menos siete personas murieron el domingo después de que miembros de un grupo criminal armados con ametralladoras abrieron fuego contra un grupo de manifestantes en Canaan. La manifestación contra la violencia de los grupos criminales había sido organizada por una iglesia local. Canaan es un suburbio improvisado que se encuentra cerca de la capital del país, Puerto Príncipe, que fue construido por las personas que perdieron sus hogares en el devastador terremoto de Haití de 2010. Los supervivientes del atentado del domingo también culparon al pastor que organizó la manifestación, quien continuó con la marcha incluso después de que estallara el tiroteo.
François Vicner: “Ellos abrieron fuego contra nosotros con todo tipo de armas. Los seguidores del pastor realmente creían lo que él les decía. El pastor dijo que ellos eran a prueba de balas, que los heridos no tenían fe. Yo estaba allí. Lo vi todo con mis propios ojos. Ellos disparaban y el pastor caminaba”.
Cientos de miles de haitianos han tenido que desplazarse a otras partes del país o se han visto obligados a abandonarlo debido a la escalada de violencia. Asimismo, la ONU informó que unos 8.700 residentes de Puerto Príncipe se han visto obligados a refugiarse en un abarrotado centro deportivo de la ciudad.