En Sudáfrica, al menos 73 personas murieron en un gran incendio que arrasó un edificio de cinco pisos de la zona céntrica de la ciudad de Johannesburgo. El edificio albergaba a ocupantes ilegales que vivían en condiciones precarias y de hacinamiento, muchos de los cuales se cree eran inmigrantes. Por su parte, las autoridades afirman que entre los muertos hay al menos siete menores. Las imágenes desgarradoras que fueron publicadas mostraban decenas de cuerpos sin vida alineados en la calle al tiempo que los equipos de rescate seguían buscando personas. Testigos y supervivientes describieron el caos que se produjo cuando la gente intentó huir del edificio en llamas.
Kenny Bupe: “La escalera de incendios propiamente dicha estaba cerrada. Había un montón de gente, un montón de gente y humo. La gente se asfixió. Mucha gente murió a causa del humo, porque en la puerta había mucha presión. Algunas puertas estaban cerradas”.
En un momento, el Gobierno del apartheid utilizó el edificio para someter a los trabajadores negros a controles de seguridad. La escasez de viviendas asequibles en Johannesburgo ha llevado a las personas a refugiarse en edificios abandonados, inseguros y abarrotados, que a menudo carecen de alcantarillado, electricidad y otros servicios básicos.