En Sudán, los mortíferos combates que se libran desde que estalló la guerra hace cuatro meses entre el Ejército sudanés y el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido no muestran signos de que vayan a disminuir. La violencia que azota Omdurman, la segunda ciudad más poblada de Sudán, se ha intensificado debido a que ambas facciones en conflicto se disputan el control de un puente que cruza el río Nilo, el cual es utilizado por el grupo paramilitar para transportar armas. El sistema de salud sigue al borde del colapso, ya que las instalaciones médicas han sido atacadas por los combatientes de manera sistemática.
La ONU declaró el viernes que el conflicto en Sudán ha provocado que 24 millones de personas, la mitad de la población del país africano, tengan la necesidad de recibir ayuda humanitaria, o de otro tipo, aunque solo 2,5 millones han podido recibir algún tipo de asistencia. Asimismo, más de cuatro millones de personas se han visto obligadas a desplazarse a otras partes del país o a otros países. La mayoría de esas personas se han refugiado en el vecino Chad. Los refugiados de la región de Darfur Occidental lamentaron la desesperante situación de la que se vieron obligados a huir.
Haroun: “La situación en Morny es trágica. Por la noche hay problemas, arrestos y agresiones. La guerra continúa, así que nos fuimos. Quien encuentra la forma de irse, se va, y quien no la encuentra, se queda en el sufrimiento”.