En el centro de la Franja de Gaza, aviones de combate israelíes bombardearon este lunes de madrugada un campamento de refugiados situado en los terrenos del hospital de Al-Aqsa, en Deir al-Balah. Al menos cuatro palestinos murieron y decenas resultaron heridos luego de que el bombardeo desatara un gran incendio en un área repleta de tiendas de campaña que albergaban a personas desplazadas que habían buscado refugio en el hospital. Las personas sobrevivientes dijeron que perdieron todo en el incendio.
Umm Mahmoud Wadi: “A la una y diez de la madrugada nos despertamos sobresaltados al ver que se estaba desatando un incendio aquí. ¿Qué puedo decirles? Desperté a mis hijas y corrí rápidamente junto con ellas hacia el hospital Al-Aqsa. ¿Qué puedo decirles? Todo se ha quemado. Todo. Como pueden ver, soy madre de siete niñas. ¿A dónde iré? Mi carpa se derrumbó y quedó destruida. Toda nuestra ropa y nuestras pertenencias han desaparecido. ¿Con quién debemos hablar? ¿Dónde hay un lugar seguro? Les pedimos a todos los países, al mundo entero, que se pongan de nuestro lado y detengan la guerra contra nosotros. Estamos agotados. Ya basta”.
El ataque se produjo horas después de que Israel bombardeara una escuela que albergaba a palestinos desplazados en el campamento de refugiados de Nuseirat. Al menos 22 personas murieron en el ataque. La ONU informó que el lugar atacado, la escuela Mufti, iba a usarse este lunes para su campaña de vacunación contra la polio.
El sábado, otro ataque aéreo israelí contra el campamento de refugiados de Nuseirat causó la muerte de una familia completa de ocho personas: la madre, el padre y sus seis hijos, el más pequeño de apenas ocho años.