En Hong Kong, los legisladores aprobaron de manera unánime una nueva ley de seguridad nacional que restringe aún más el disenso y la libertad de expresión. La ley, conocida como “Artículo 23”, amplía la definición de ciertos delitos e incluye nuevas leyes que abarcan la traición, la insurrección, el sabotaje, la injerencia extranjera, el robo de secretos de Estado y el espionaje. Asimismo, la legislación también permite celebrar juicios a puertas cerradas e impone penas más severas para quienes cometan los delitos mencionados, incluida, en algunos casos, la cadena perpetua. La aprobación del proyecto de ley constituye una gran derrota para los activistas a favor de la democracia y para quienes se oponen al creciente control que el Gobierno chino ejerce sobre Hong Kong.
En noticias relacionadas, un tribunal de Hong Kong condenó el sábado a doce personas a penas de prisión de seis a siete años tras ser declaradas culpables de cometer disturbios al irrumpir en el edificio de la legislatura de la ciudad durante un levantamiento a favor de la democracia que se llevó a cabo en 2019. El 1 de julio de 2019, en el vigésimo segundo aniversario de la entrega de Hong Kong a China por parte del Reino Unido, cientos de manifestantes irrumpieron y causaron destrozos en el edificio legislativo.