En Bangladés, una serie de fuertes inundaciones que siguen azotando el país ha causado la muerte de al menos 52 personas y obligado a casi medio millón a abandonar sus hogares. Las autoridades bangladesíes dicen que más de un millón de familias han quedado aisladas por las inundaciones, muchas de ellas no tienen comida ni agua potable.
En Yemen, al menos 33 personas murieron y decenas más permanecen desaparecidas, después de que una serie de lluvias monzónicas provocara inundaciones y deslizamientos de tierra que arrasaron un distrito controlado por combatientes hutíes. Por otro lado, al menos una clínica de Yemen está reportando casos de cólera, y existe la preocupación de que las continuas lluvias puedan contribuir a la propagación de la enfermedad transmitida por la ingesta de agua contaminada con la bacteria.
Asimismo, existen informes de más de 1000 casos de cólera en Sudán, donde la ONU afirma que más de 300.000 personas se han visto afectadas por las recientes inundaciones, que han empeorado una crisis humanitaria que ya de por sí era grave. Los residentes de Tokar, en el estado sudanés de Mar Rojo, se han estado marchando de la ciudad a pie tras el derrumbe de la represa de Arbaat, que arrasó puentes y carreteras.
Mohamed Taher: “La gente no tiene comida. Se sientan en lugares altos y no tienen nada, ni comida ni agua. Hay personas muertas que aún no han sido enterradas. Hay gente que está desaparecida. Hay casas derrumbadas y otras que fueron arrasadas por la inundación”.