Yoon Suk Yeol se ha convertido en el primer presidente en funciones de Corea del Sur en ser arrestado, después de que las autoridades lo detuvieran para interrogarlo en relación con una serie de investigaciones penales sobre su efímera declaración de ley marcial a principios de diciembre de 2024. Las autoridades surcoreanas escalaron muros y cortaron alambres de púas para ingresar a la residencia de Yoon en la capital, Seúl, y, de este modo, pusieron fin a un dramático enfrentamiento entre el presidente y la agencia anticorrupción del Gobierno.
Si bien los legisladores surcoreanos votaron a favor de destituir y suspender al presidente de Corea del Sur, este permanecerá en el cargo hasta que el Tribunal Constitucional ratifique su destitución. Los manifestantes en Seúl desafiaron el frío de la madrugada del miércoles en vísperas del arresto de Yoon.
Cho Sun-ah: “Yo considero que el arresto debería llevarse a cabo lo antes posible. De hecho, quienes respaldan al presidente Yoon Suk Yeol podrían argumentar que esto está relacionado con la dignidad nacional y que el estatus del presidente no debería ser tratado de esa manera. Pero a pesar de todo eso, creo que está mal que el líder de una rebelión no enfrente ninguna consecuencia legal y que continúe resistiéndose incluso cuando se ha emitido una orden de arresto. La ley debe aplicarse por igual a todas las personas, y no importa cuán alto sea el cargo del presidente, creo firmemente que la impunidad es sumamente injusta”.