El Gobierno de Estados Unidos ha puesto en marcha lo que denomina “la mayor operación de deportación en masa” en la historia del país. Desde que Trump prestó juramento a su cargo el lunes, las autoridades estadounidenses han arrestado a 538 inmigrantes indocumentados y deportado a otros cientos. El designado por Trump como “zar de la frontera”, Tom Homan, dice que los operativos están dirigidos a las llamadas “ciudades santuario” cuyos líderes se niegan a cumplir con los planes de deportación en masa del presidente estadounidense. “Ciudades santuario” es el nombre por el que se conoce a las localidades que han prohibido que la policía local coopere con las agencias federales de inmigración. El jueves, agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas llevaron a cabo una redada en un depósito de mariscos de la ciudad de Newark, estado de Nueva Jersey, donde detuvieron a tres personas, incluido un veterano militar. El alcalde de Newark, Ras Baraka, condenó las redadas del Servicio de Inmigración sin orden judicial y escribió al respecto: “Este acto atroz representa una clara violación de la Cuarta Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos. […] Newark no se quedará de brazos cruzados mientras la gente es aterrorizada de forma ilegal”.
El periódico The New York Times informa que Trump ha dado a los funcionarios de Inmigración el poder de deportar rápidamente a los solicitantes de asilo que fueron autorizados a ingresar temporalmente a Estados Unidos bajo los programas implementados durante del Gobierno del expresidente Biden. El cambio de política podría afectar a más de un millón de personas a las que se les ha concedido hasta dos años para residir en Estados Unidos bajo un permiso de permanencia temporal, conocido en inglés como “parole”.