Fiscales de Corea del Sur han acusado de insurrección al presidente destituido del país, Yoon Suk Yeol, por su fallido intento de imponer la ley marcial en diciembre de 2024, una medida que desató una gran convulsión política en el país. La acusación de insurrección podría suponer una sentencia de cadena perpetua para Yoon, o incluso la pena de muerte, aunque Corea del Sur no realiza ejecuciones desde hace décadas.
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