
“Incluso tras la liberación de casi dos mil personas la semana pasada, el ejército israelí sigue reteniendo a unos nueve mil palestinos a quienes define como prisioneros o detenidos de seguridad”, señala Sari Bashi, abogada de derechos humanos israelí-estadounidense y exdirectora de programas de la organización Human Rights Watch. “Sólo hay alrededor de un millar que han sido condenados por algún delito. La gran mayoría de las personas detenidas no han sido procesadas judicialmente”.
Bashi también cuenta que el genocidio ha “sido un infierno” para su esposo, que es palestino y cuya familia vive en Gaza. Su relación de pareja es el eje central del libro de memorias de Bashi “Upside-Down Love” (Un amor patas arriba), de próxima publicación.
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