La lucha central detrás del cierre administrativo del Gobierno federal de Estados Unidos tiene que ver con los costos de la atención médica y la demanda del bloque demócrata de que el bloque republicano acepte extender subsidios incluidos en la Ley de Cuidado de Salud Asequible. Se trata de subsidios reforzados que se comenzaron a implementar durante la pandemia de COVID-19 y cuya vigencia expira este sábado 1 de noviembre. Si dichos subsidios no se prorrogan, las primas del seguro de salud de millones de personas podrían ascender a más del doble de lo que cuestan actualmente.
“El propósito del sistema de salud se viene orientando más hacia la búsqueda de rentabilidad que a brindar un servicio público”, plantea la Dra. Steffie Woolhandler, profesora de salud pública en el Hunter College y cofundadora de la organización Physicians for a National Health Program. Woolhandler señala que extender los subsidios de la ley conocida como Obamacare es vital pero, además, Estados Unidos debería avanzar hacia un sistema de atención médica universal como el que tienen todas las otras potencias económicas de Occidente y “alejarse de este sistema de salud privado, orientado a obtener rentabilidad”.
Para ver la entrevista completa en inglés, haga clic aquí.
Inicio