
Luces encendidas permanentemente. Inodoros desbordados y falta de acceso a duchas. Confinamiento solitario en una caja de menos de un metro cuadraro. Éstas son algunas de las condiciones de tortura documentadas en un nuevo informe de Amnistía Internacional sobre las violaciones de derechos humanos en dos centros de detención del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en el estado de Florida: el centro de procesamiento Krome North Service y el complejo de los Everglades, al que Trump y sus partidarios han apodado “Alcatraz de los caimanes”. El gobernador de Florida, Ron DeSantis, ha negado los hallazgos del informe y ha dicho que son inventos motivados políticamente. Nos acompaña la investigadora a cargo del informe, Amy Fischer, para hablar acerca del “desarrollo intencional de condiciones cada vez más crueles y cada vez más violentas en los centros de detención para inmigrantes, con el objetivo de obligar a la gente a renunciar a sus derechos migratorios [debido a que] las condiciones son tan crueles que ya no las pueden soportar”.
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